Cambio de Imagen del Santuario

en Nuestra Señora de Gracia

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Catequesis sobre el Cambio de Imagen del Santuario

El altar es el punto focal de la acción, que es la celebración eucarística. El sacerdote, en nombre de Jesús, nuestro gran sumo sacerdote, reza desde el altar, que nos recuerda que Jesús ofreció el sacrificio perfecto, él mismo, para reconciliarnos con el Padre. Este altar, a veces llamado mesa, recuerda también que Jesús instituyó una comida divina que une y alimenta a sus discípulos

El altar será llevado al centro real del santuario para que pueda "ocupar un lugar en el que sea verdaderamente el centro hacia el que se dirige naturalmente la atención de toda la congregación de fieles" (IGMR, párrafo 299).

La superficie del altar actual se ensanchará y se hará menos profunda.

Además, trataremos de incorporar varias reliquias adecuadas en el altar, que procederán de santos cuyas vidas tengan un significado o aplicación particular para todas las comunidades representadas en nuestra diversa parroquia.

Todos los grupos necesitan liderazgo (por ejemplo, los entrenadores de los equipos, los directores de orquesta). De una manera similar, el sacerdote atrae a la asamblea hacia una única acción de alabanza y adoración a Dios, cada ministro, oración y acción contribuyen al todo sublime. La configuración del espacio de culto resalta cada papel, incluido el del sacerdote

Los cambios propuestos de los asientos traerían la silla del sacerdote de detrás del ambón al lado opuesto del altar y en ángulo hacia el centro. De este modo, el sacerdote podrá ajustar fácilmente su postura cuando se dirija a la asamblea, tal como se indica en las rúbricas, pero también podrá dirigir visiblemente su mirada hacia el ambón cuando se proclame la Palabra, indicando que todos deben dirigir también su atención. Se desaconseja la disposición actual de los monaguillos junto al sacerdote y se propone que los monaguillos se sienten contra la pared del fondo, a ambos lados del presbiterio, según la función que vayan a desempeñar. Estos cambios permiten un mejor flujo en los movimientos litúrgicos del sacerdote y los de los demás que sirven en el santuario.

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia. Es la presencia real del Señor Jesús, cuerpo, sangre, alma y divinidad. En la Misa, la Presencia Real de Cristo en el Sacramento nos integra en su sacrificio, alimenta nuestras almas con el Pan de Vida y nos vincula más estrechamente en la unidad de unos con otros.

Sin embargo, la reserva de la Eucaristía tiene otra finalidad: permite la práctica de la adoración, que lleva a las personas a una celebración más plena de la Misa misma (Redemptionis Sacramentum 129).

Con el cambio de imagen del santuario, el tabernáculo será colocado en el santuario, siguiendo las directivas de los documentos litúrgicos actuales (por ejemplo, que sea "fácilmente visible para todos los que entran en la iglesia" [Sacramentum Caritatis 69] y el juicio de nuestro obispo diocesano (cf. GIRM 315). La ubicación exacta dentro del santuario se discutió ampliamente. Tanto por razones prácticas como teológicas, el comité acordó colocar el tabernáculo en el centro del santuario, encima de un altar de reposo que sea acreedor de la dignidad de la Eucaristía, esto sería lo más funcional y apropiado para el espacio.

Una cruz más grande, esperamos, atraerá eficazmente a la asamblea a la celebración del sacrificio del Señor en la cruz, que se hace presente de nuevo en la misa. Además, el corpus que se eligió para la cruz representa a un Cristo vivo, con la mirada dirigida al cielo en actitud de aceptación y oración.

Dado que el altar de reposo y el tabernáculo/sagrario ocuparán el lugar de la actual cruz processional, en el centro de la pared del santuario, ya no será posible tener una gran cruz en el centro que haga las veces de cruz procesional. En su lugar, se colocará una cruz fija con la imagen de Jesús crucificado en la pared del santuario, encima del altar de descanso y del sagrario y debajo del rosetón de la Virgen. En lugar de la cruz procesional actual, se utilizará una cruz procesional más pequeña, que pueda ser transportada más fácilmente por un monaguillo. Se buscará un lugar adecuado en el campus para exponer la cruz procesional que se ha utilizado en nuestra parroquia durante décadas y que ha llegado a ser muy querida por muchos feligreses.

Sobre todo, puesto que en la Misa somos elevados al cielo y participamos en la única liturgia celestial, donde los ángeles y los santos adoran al Padre, con Jesús mismo actuando como sumo sacerdote, las imágenes de los santos en el santuario nos recuerdan que estamos "rodeados de una gran nube de testigos [los santos]" (Hebreos 12:1) cada vez que asistimos a Misa. Nuestro deseo es realzar el santuario para que dirija los corazones y las mentes de los fieles hacia la liturgia celestial cada vez que se reúnan para alabar y glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu.

Para favorecer la veneración de los fieles, la comisión ha propuesto colocar las imágenes de María y José en el santuario, siguiendo las recomendaciones de los documentos de la Iglesia, "cuidando especialmente de que el mobiliario sagrado sirva digna y bellamente a la dignidad del culto" (Sacrosanctum Concilium 122).

El traslado del tabernáculo/sagrario de la actual capilla del Santísimo Sacramento al santuario principal tiene, como desafortunado efecto secundario, la pérdida de un lugar íntimo de oración con Jesús en la Eucaristía.Para solucionar este problema y ofrecer un lugar privado y tranquilo de oración con el Señor Eucarístico, planeamos trasladar el sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento a la capilla de la Anunciación, añadiendo un segundo lugar de reserva del Santísimo Sacramento en nuestro campus (aunque aparte de la iglesia principal).

Los detalles de este plan implican lo siguiente: el tabernáculo estilo bóveda que poseemos actualmente será revestido con roble, en lugar de la actual cubierta de mármol, y colocado sobre un tabernáculo tipo pedestal en el centro de la capilla.Además, dado que el actual crucifijo de la capilla interferiría con la colocación del tabernáculo, habrá que trasladarlo o sustituirlo; las puertas de la capilla de la Anunciación deberán permanecer cerradas para mantener la reverencia y el silencio. Por último, según los protocolos de seguridad ambiental, habría que añadir ventanas a las puertas de entrada de la capilla.